¡Herman@!

Es tiempo que nos enfoquemos en una poderosa preparación espiritual, que nos permita vencer y ganar almas para Cristo. Te invito a que seas parte de este ejército ¡y que avives el fuego del don de Dios que está en ti!

lunes, 10 de enero de 2011

Dios no tiene la culpa de tu problema

Hay veces en que la vida va muy mal y queramos o no, siempre buscamos a un culpable. Los que no creen en la existencia de Dios, piensan que la vida es cruel y/o que las personas que le rodean, son lo peor. No son pocos los que asumen que todos sus problemas son porque Dios tiene la culpa.

De hecho, no es raro escuchar a las personas preguntar: Si Dios es tan bueno como dicen, entonces ¿por qué permite que pasen estas cosas malas en el mundo? y sin siquiera examinarse ellos mismos, concluyen que Dios es malo o que no tiene suficiente poder para evitar los problemas. Pero quien piensa así, está equivocado.

Echemos un vistazo al principio de todo este dilema.

En primer lugar:
Dios no es un ser creado del universo, es decir, siempre fue, es y será. Por esto mismo, Él y sólo Él es absolutamente perfecto. Tiene mente, emociones y voluntad perfectas, por ende, no puede escoger el mal ni mucho menos pecar.
Ahora bien, los seres humanos somos seres imperfectos, porque Dios no puede crearse a sí mismo. Dios sólo crea seres inferiores a Él, por lo tanto, aunque gastemos una vida entera buscando la perfección, no lo lograremos. Si aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, sólo tendremos la garantía de dejarle nuestras vidas en sus manos y que Él nos dirija.

La Palabra de Dios dice que somos creados a imagen y semejanza de Él y muchos piensan que eso no es cierto, porque sino, no nos equivocaríamos ni seríamos pecadores. Pero las Escrituras no mienten.

Cuando Dios habla de que fuimos creados a su imagen y semejanza, es porque Él nos permitió tener mente, emociones y voluntad semejantes a las suyas. Somos libres de pensar, sentir y elegir por nuestra propia cuenta. Tenemos libre albedrío. Por este motivo, Dios no creó seres que sólo hicieran el bien, porque sino sería una especie de "hipnotizador supremo" el cual sólo daría órdenes para que sus criaturas las cumplieran inconscientemente bajo hipnosis.

En síntesis, somos libres y Dios nos permitió escoger y tomar nuestras propias decisiones, dándonos dos caminos: el de seguir a Dios negándonos a nosotros mismos, o el de seguir como estamos, haciendo lo que se nos antoje.

La mayoría elige el más simple, el de hacer lo que quiera... pero también pasa que los que han escogido a Dios, viven quejándose de las cosas malas que les pasan y se preguntan:

SI YO ELEGÍ A DIOS, ¿POR QUÉ ME PASA ESTO SI SE SUPONE QUE ME TIENE QUE IR BIEN EN TODO?

Cuidado con engañarse. Dios cumple sus promesas para con sus hijos, pero siempre y cuando uno camine en santidad, es decir, haga las cosas como corresponden y deje el pecado de lado para siempre. Sin embargo, somos humanos, caemos y nos equivocamos seguido, entonces debemos pedir PERDÓN y ARREPENTIRNOS de corazón de lo que hicimos para que Dios obre misericordia.

El cristiano siempre va a tener luchas y pruebas. Dios mismo dijo que este camino no era fácil y que sólo de los VALIENTES ES EL REINO DE LOS CIELOS. ¿Acaso iba a ser fácil entrar a la vida eterna, en donde tendremos todo y ya no habrá que trabajar más por ello?. Obviamente no, el galardón es demasiado grande para que un "tibio" (que está entre que sí y no) lo pueda obtener. O somos o no somos y ahí está el dilema.

Dios no envió su Hijo Unigénito a morir porque sí no más. Lo envió para que los gentiles (es decir, todo aquel que no es judío) también pudiera obtener la salvación. Porque recordemos que Dios escogió a Israel como su pueblo, pero no porque era el más espectacular, sino porque era el más miserable y susceptible.

Pero volvamos a las quejas contra Dios. Si somos cristianos y vivimos una desgracia inmensa, miramos hacia arriba y decimos: pero Señor, si yo te sirvo, ¿por qué permitiste que esto me ocurriera?... mira este otro como se porta y nada malo le pasa y yo que vivo sirviéndote, ¿por qué dejas que el mal me toque?

En muchas partes del mundo se debe escuchar esta queja, pero examinémonos. Podemos ser cristianos que viven orando, ayunando y clamando, pero ¿dejamos de odiar a esa persona que nos cae mal?, ¿perdonamos al que habló mal de nosotros?, ¿nos portamos realmente bien como Dios manda?.

Ser cristiano no sólo basta con asistir a la iglesia y orar. Quienes son padres, deben corregir a sus hijos en el tiempo oportuno. Ahora muchos padres se quejan de que sus hijos están mal, siendo que son cristianos íntegros, pero ¿realmente estuvieron pendiente de los pasos de ellos?. Los padres no pueden hacer que no ven nada y decir "Dios te dejo todo en tus manos". Los hijos son prestados y los padres TIENEN la obligación de criarlos y castigarlos cuando hagan mal.

Los jóvenes también son muy buenos para quejarse con Dios, pero muy pocos se dan cuenta de sus errores. Hay jóvenes que van a la iglesia siempre, pero les gusta dejarse llevar por sus pasiones juveniles. Y Dios TODO LO VE. Cuando el cristiano hace algo indebido, el Espíritu Santo se aparta, y después, esa persona, comete errores tras errores porque no tiene la dirección de Dios. Así, no es raro que se pase quejando o enojándose con el Señor.


Por eso nunca hay que soltar la oración y el ayuno. ¿Oramos cuando los sentimientos comenzaron a aparecer? (cuando surge la posibilidad de una relación), ¿le preguntamos a Dios si realmente conviene o no?. Lo más seguro es que no y si se hizo, fue una oración pequeña no más y punto.

Todo cuesta sacrificio y trabajo y frente a todo, hay que tener paciencia y templanza. Pedir los frutos del Espíritu. Debemos consagrarnos más y cuando notemos que ya nos estamos empezando a desviar, debemos doblar nuestras rodillas y contarle a Dios la situación.

Haciendo esto, Dios evitará males irreparables. Pruebas habrán, porque Dios nos hace crecer espiritualmente para poder estar capacitados para recibir la bendición. Dios sabe hasta donde podemos resistir y no nos echará más carga de la que podamos llevar.

Lo importante es crear un vínculo cercano con Dios, pedirle que sea nuestro amigo y guíe nuestros pasos, porque con Dios lo tenemos todo. Si nos tocan y nos hacen algo malo, sólo basta con orar y decirle a Dios: Señor, me hicieron esto y esto otro, yo no haré nada, pero hazme justicia. Y DIOS LO HARÁ, porque Él mismo ha dicho: Mía es la venganza, yo pagaré.

Examinémonos y no nos pasemos la vida entera culpando a Dios, porque Él nos dio libre albedrío para todo y somos nosotros mismos los que buscamos los problemas.

Reconcíliate con Dios y no le eches la culpa de tu mala forma de vivir.