¡Herman@!

Es tiempo que nos enfoquemos en una poderosa preparación espiritual, que nos permita vencer y ganar almas para Cristo. Te invito a que seas parte de este ejército ¡y que avives el fuego del don de Dios que está en ti!

domingo, 9 de octubre de 2016

No temas, yo te ayudo

Hay un libro de la Biblia que es pero... un manjar, jaja. Todos lo son, por cierto. Pero Isaías es cuático, cuático. ¿Por qué? me preguntará usted, mi estimado amigo y agudo lector... y la respuesta es que: es profético y ya hablaba de la mansa bendición que iba a tener la humanidad con el Señor Jesucristo.

Eso sí, tengo que contar la firme. Cada vez que he orado y he agarrado la Biblia para pedir una Palabra respecto de un asunto, le pido al Señor que por ningún motivo me de un versículo en Isaías porque no lo voy a entender y poco más quiero que me hable literal. Pero claro, Dios en su Infinita Sabiduría, siempre me habla por Isaías o por Ezequiel. Ja.

Me acuerdo que una vez me gustaba un niño. Alto, buen predicador, que hablaba lenguas y daba LOS saltos cuando el Espíritu Santo lo visitaba. Un cabro bien portado, físicamente nada mal. Pues bien, como algunas personas me lo señalaban, al estilo "Hey, ahí está tu man", lo empecé a mirar, pero no tan convencida. Después, con el correr de los días, ya no estaba tan mal y luego, ya más perdida, sin oración de madrugada ni medio ayuno siquiera, dije: "Hey, este man podría ser".

Y vale, me puse a orar en esta: "Señor, si este joven va a ser mi bello esposito, por Jesús háblame por tu Palabra. Por el amor de Cristo revélame si compartiré mi vida con Él. Tú eres fiel, Tú eres digno, Tú eres atento y sé que me estás escuchando..."

La oración no estuvo tan mal, hasta que llegó el momento de abrir la Biblia y conocer la verdad. Oh, bendita Palabra... Y CONOCERÉIS LA VERDAD, Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES (San Juan 8:32). Este versículo me hace sonreír un poco porque cada vez que lo digo o lo escucho se me viene a la mente una escena de la película Mentiroso Mentiroso, cuando Jim Carrey lo dice. Ok, ese fue el comentario mundano de esta entrada.

Bueno, la cosa es que estaba ahí, arrodillada, pensando en el joven predicador, sacando todos los separadores de la Biblia para que nada interceptara este magno momento, hasta que... claro, me salió un versículo de Isaías. No les voy a decir cuál porque seguro después se ponen a interpretarlo y poco más me dirán que dejé escapar al amor de mi vida.

Pues nada, no entendí ni una jota, pese a que leí el pasaje completo. Llamé hasta a mi mamá y chantamente le dije: "Oye, mami, tú que eres bien bíblica y convertida, ¿qué entiendes por este versículo en el supuesto caso de que una persona esté orando por un posible enlace? no es para mí por si aca..." 

Y sí, mentí. Pero ya lo confesé, jaja :)

Disconforme, estuve varios días pensando en el versículo, más porque yo lo sentía como bonito y medio romántico. Así es cuando uno anda en la carne, hermano JAJA.

De ahí, viendo que el joven no cumplía ciertos requisitos que me gustan (y que no les voy a decir), caché que Dios me estaba diciendo que no. Lo escribo y me da risa. Dios me ha aguantado muchas leseras, POR ESO ES LO MEJOR QUE ME HA PASADO EN LA VIDA.

A lo que quería llegar con todo esto, es que Isaías es power. Y ahora, en estos tiempos tan nefastos y complicados, hay un versículo (que sí entiendo clarito porque es tal como se lee) que me encanta y que se los quiero compartir:

"Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo".

Qué cosa más hermosa. No les voy a decir en qué capítulo está, porque esa es tarea para ustedes. Nada de googlear. Memorícenlo, es bello y cuando uno anda mal, depre o medio tentado, es poderoso. Para mí es clave saber que Dios, el Dios que yo sirvo y sigo, ¡me sostiene y me ayuda!

Y eso, queridos amigos. Nos estamos leyendo.