Yo no sé si ustedes habrán notado que los días se hacen más cortos y que las horas pasan más rápido. No es casualidad. La misma Biblia dice: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (San Mateo 24:22). Así que esto, no es más que otra de las señales que demuestran que el Rey de Reyes viene pronto.
El Señor Jesús dio esta señal: “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre” (San Lucas 17:26). Este versículo nos recuerda el diluvio, en donde Dios lamentó haber creado la humanidad porque se había corrompido. La destruyó con la Tierra y todo lo que había en ella porque su corazón estaba muy dolido.
La gente de aquel tiempo fue muy testaruda y se burló de Noé, el hombre que había hallado gracia en los ojos del Señor, y tuvieron que padecer el juicio. No le creían y lo tomaban por loco.
¿No te parecen familiares estas actitudes, amigo?. Hoy se ríen y menosprecian la Palabra del Señor y las personas se han degenerado de tal manera, que han vuelto entristecer a Dios.
Consideren el siguiente versículo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos, porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2. Timoteo 3:1-5).
Así era la gente en los tiempos de Noé. Y así es en la actualidad.
Lo más triste de todo esto, es que muchos, incluso siendo escogidos del Pueblo de Dios, dudan de que Cristo vuelva. Pero viene y lo hará de sorpresa. “Vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. (Apocalipsis 3:3). Para el verdadero hijo de Dios el arrebatamiento es un evento que espera con ansias, por ende, aunque no sepa ni la fecha ni la hora, estará preparado.
Cuando Cristo venga, la Tierra va a ser desolada y los hombres tendrán miedo, porque hasta ahora, Dios ha sido misericordioso, incluso con los impíos, porque les otorga la paz de su Espíritu Santo permitiendo que muchos de ellos puedan dormir tranquilos sin siquiera conocer al Señor Jesús. Mas, cuando Cristo venga, la Tierra no tendrá más amor ni paz… ¡imagínate la maldad que habrá en el corazón de los que se quedarán para ese entonces!
El mundo se desperfilará por completo, todas las religiones se unirán para servir a La Bestia (un gobernante que manipulará la mente de todas las personas). Jesús dijo: “Porque habrá entonces gran tribulación (terribles tragedias y sufrimientos por doquier), cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (San Mateo 24:21)
Con este panorama desolador, ¿qué puede hacer uno para salvarse? CREER que Jesús murió por toda la humanidad y que ahora VIVE y está sentado a la diestra del Padre. Bendito y alabado sea Su Nombre.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:16-18)
¡Cuán hermoso es el galardón que Dios le tiene preparados a cada uno de sus fieles!. Yo me quiero ir con el Señor ¿y tú?
Posterior al arrebatamiento (cuando Cristo se lleve a todos sus escogidos al cielo), sucederán cosas muy terribles. Cuatro jinetes cabalgarán por toda la Tierra:
El Vencedor (Apocalipsis 6:2)
El Destructor de la Paz (Apocalipsis 6:4)
El Hambre (Apocalipsis 6: 5-6)
La Muerte (Apocalipsis 6:8)
¡¡¡LA GRAN TRIBULACIÓN COMIENZA!!! (Apocalipsis 6:18)
Mientras estos hechos acontecen, el diablo impondrá a un líder -cuya identidad se dará a conocer cuando la Iglesia de Cristo ya no esté en la Tierra- que entregará una paz falsa y que persuadirá al mundo entero. Estabilizará la economía mundial, unirá a todas las religiones del mundo en una sola y hará un trato falso con Israel, la nación escogida por Dios.
Sumada a esta maldad, se le construirá una enorme imagen a la cual se le otorgará aliento y dirá blasfemias. Todo el mundo deberá adorarle, sino, será torturado y castigado en gran manera. “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase” (Apocalipsis 13:15)
Con el avance de la computación y la tecnología, la bestia controlará a cada persona como si fuera un dios. Personalmente creo que las redes sociales son parte del escenario para este Anticristo.
Durante este tiempo, la Escritura advierte que el que adora a esta bestia, ya no podrá salvarse. Porque sí, la misericordia de Dios todavía alcanzará a los perdidos en este terrible momento. “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano (666), será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles”(Apocalipsis 14:9-10).
EL MARTIRIO SERÁ EL PRECIO DE LA SALVACIÓN. (Apocalipsis 20:4)
El mundo nunca más volverá a ser el mismo porque estará cubierto de demonios y espíritus designados para esta tribulación. Satanás gobernará.
Posteriormente, Dios derramará su ira contra el mundo que nunca creyó en Él:
“Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas” (Apocalipsis 8:11)
“Y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida”(Apocalipsis 8:8-9)
“Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tiene poder los escorpiones de la tierra”(Apocalipsis 9:3)
“Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria”(Apocalipsis 16:9)
PLAGA TRAS PLAGA, DOLOR TRAS DOLOR ¡¡¡Y AÚN ASÍ LAS PERSONAS NO SE ARREPENTIRÁN!!!
Mientras tanto, habrá regocijo en el cielo (Apocalipsis 19:1) cuando Dios haga que diez líderes se rebelen contra la Bestia y quemen el Vaticano, que es la gran ramera del diablo (Apocalipsis 17:16)
Allí Dios permitirá que la horrible Bestia escape a Jerusalén, porque el Señor Jesús quiere atraparlo vivo para lanzarlo al Lago de Fuego. Pero el diablo no se cansa y AÚN CREERÁ QUE EXISTE POSIBILIDAD DE GANARLE A DIOS. La Bestia ordenará que maten a todos los judíos y lamentablemente las dos terceras partes de ellos serán asesinados. “Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderá, mas la tercera quedará en ella” (Zacarías 13:8)
Satanás sabe que Jesucristo vendrá otra vez para dominar a todos los gobiernos del mundo, así que reunirá a todos sus ejércitos para tratar de impedir que el Señor vuelva a Jerusalén.
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (Apocalipsis 19:11-14)
¡¡¡ALABADO SEA MI SEÑOR!!!
Entonces sucede la batalla de Armagedón.
“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”(Apocalipsis 19:19-20)
“Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”(Apocalipsis 19:21)
¡¡¡JESUCRISTO, MI SEÑOR, ES EL VENCEDOR!!!
Luego el Señor gobierna sobre la Tierra y ya no hay más guerras, porque el gran milenio ha comenzado.
Son mil años en donde los salvados nos gozamos en el Señor, disfrutamos de un hermoso paraíso y del amor y la misericordia que ha tenido para con nosotros. Pero esto no termina aquí: luego de los mil años viene el Gran Juicio, en donde Dios juzgará a todos por sus pecados (Apocalipsis 20:11-15)
“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”(Apocalipsis 20:12)
Y aquí viene lo más triste y desesperanzador:
“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”(Apocalipsis 20:15)
Querido amigo, ¿aún dudas de esto?. Dios tenga misericordia de cada uno de nosotros, porque incluso quienes hemos conocido la verdad, podemos caer y el juicio será mucho peor que para el que nunca aceptó a mi Señor.
Nadie es digno. Pero Dios nos ama tanto, que se hizo hombre para ser crucificado en el madero, derramando su preciosa Sangre y soportando la humillación de hombres con corazones llenos de odio. Así que no importa como seas, Dios quiere que te salves y en este día te invita a que lo dejes entrar a tu vida.
Yo también anduve en las tinieblas, también soy pecadora y cada día lucho por mi salvación, pero he entendido que Cristo viene pronto y no quiero quedarme. NO ESPERES MÁS, por favor, mira que si mueres ahora, el horror que te espera es terrible. EL INFIERNO ES REAL Y EL CIELO TAMBIÉN.
No endurezcas más tu corazón, que no te importe el qué dirán… cada maldición y cada palabra ociosa que digan sobre ti, será bendición.
Dios te bendiga mucho y ojalá esto haya abierto tus ojos. Jesús no es religión, ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA… en síntesis, el único medio por el cual tú te puedes salvar.
El cura no te salva, el pastor tampoco, tus padres tampoco, ni menos tus hermanos. SÓLO CRISTO SALVA.
Te alabo Señor hoy y siempre. Amén.